En el mundo de los logotipos automotrices, la realidad supera a la fantasía aunque una buena historia puede hacer mucho para realzar la identidad corporativa de una marca.
Los logos automotrices aparecen en todas partes, desde los volantes de los autos hasta gigantescos anuncios panorámicos e incluso pins de solapa en los trajes de los ejecutivos de la compañía. Este tipo de flexibilidad es uno de los elementos de diseño necesarios para tener un logotipo eficaz y fuerte, señala Jack Gernsheimer.
Con más de 40 años de experiencia publicitaria y más de 500 logotipos en su haber, Gernsheimer cree que es esencial tener una visión a largo plazo y no complicar las cosas al diseñar un logo.
"No buscar estar demasiado a la moda con el tipo o color" es vital, dice. "Cuando se diseña un logo, idealmente perdurará décadas".
Pioneros automotrices
La tragedia tiene un papel en un mito popular que rodea al famoso logotipo de dos erres entrelazadas del fabricante de autos de lujo Rolls-Royce. Los fundadores de la compañía, Sir Henry Royce y Charles Stewart Rolls, originalmente usaron letras rojas para el emblema que combinaba las iniciales de sus respectivos apellidos. Según la leyenda, el color fue cambiado de rojo a negro en señal de respeto por la muerte de Sir Henry Royce, en 1933. En realidad, simplemente se pensó que las letras negras eran más apropiadas para un prestigioso automóvil de lujo. El momento en que se hizo el cambio de color fue mera casualidad.
El segundo emblema icónico de Rolls Royce, el ornamento "Espíritu del Éxtasis" en el cofre del auto, está vinculado a una historia similarmente trágica (aunque en este caso completamente cierta). Diseñado por Charles Sykes en 1911, se tomó como modelo para el emblema a la señorita Eleanor Thornton, secretaria personal de John Scott Montagu, segundo Barón Montagu de Beaulieu y amigo de Charles Stewart Rolls, el cofundador de la compañía. En 1915, Thornton murió durante un viaje en barco a India. No obstante, durante casi 100 años, su imagen ha sido el modelo para todos los Espíritus del Éxtasis.
Los orígenes de algunos logotipos automotrices inician incluso antes de que surja el automóvil. Se sabe que la estrella de tres picos de Mercedes-Benz simboliza el uso de los motores de la compañía en mar, cielo y tierra. Pero la estrella apareció por primera vez en una nota personal que le escribió el fundador de la compañía, Gottlieb Daimler, a su esposa, en 1872. Daimler utilizó la estrella de tres picos para marcar la ubicación de la nueva casa de su familia en el poblado de Deutz, en Alemania. Sus hijos adaptaron el emblema como el logo para Mercedes-Benz a partir de 1910.
Uno de los emblemas más reconocidos de todos los tiempos, el caballo encabritado de Ferrari, apareció por primera vez en los aviones volados por Francesco Baracca, un aviador y héroe de la Primera Guerra Mundial. En 1923, Enzo Ferrari conoció a los padres de Francesco después de una carrera, donde ellos le sugirieron a Ferrari que usara la insignia de su hijo en sus autos de carreras -tanto para la buena suerte como para rendirle homenaje a Francesco, quien falleció antes de que terminara la guerra. Se añadió un fondo amarillo (el color oficial de Módena, Italia, la ciudad natal de Enzo Ferrari) y la cola del caballo fue rediseñada para que apuntara hacia arriba.
En el caso de BMW, el mito (y una mercadotecnia astuta) han hecho que varias generaciones vinculen al logo de la compañía con un tema de aviación. "Una agencia alemana de publicidad produjo en los años 20 un anuncio que mostraba el círculo (de BMW) contra la hélice de un avión para reflejar los orígenes de la compañía como fabricante de motores para aviones", cuenta Dave Buchko, vocero de la compañía para BMW Norteamérica. "Eso, parece ser, resultó ser un mito urbano". Aunque es cierto que la BMW fabricaba motores para aviones, el logotipo blanco y azul representaba los colores de la bandera de Baviera, no a una hélice y el cielo.
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